CASAS ALBERGUES DE NIÑOS (AS),CASAS QUE ALBERGARÁN AL NIÑO JESÚS
En un fugaz recorrido por las casas albergue que se ubican en el distrito rural de la Diócesis de Lurín –Pachacamac- nos fuimos a “albergar” por unos instantes a dos de ellas: la Casa de Santa Faustina y la casa “Aurora”. En la entrada nos atendieron las “madres” que día y noche cuidan a los niños y niñas, que por diferentes motivos familiares llegaron a los regazos de ellas.
En la primera casa, La casa “Santa Faustina”, nos recibió con golpe de vista, un árbol navideño hecho totalmente con materiales reciclados y, en sus “raíces”, un retablo con María y José con cabellos de papel, y el niño Jesús redondito vestido de cartón. En ese escenario me senté con las niñas de la casa y les pregunté: ¿cuál es la Navidad más feliz que recuerdan? Leticia, niña de 13 años, con mirada perdida, me respondió: “el de acá” y cerró la respuesta con una sonrisa (mi filmadora siguió registrando).
Segunda pregunta: ¿a quiénes quisieran ver sentados en su mesa en Navidad? Automáticamente la respuesta fue: mi Familia. Cuando les pregunté sobre los demás, me respondió el silencio. Cuando le pregunto a Leticia ¿qué le regalarían al Niño Jesús? respondió que su buen comportamiento. Una sonrisa inocente fue su punto final a la entrevista. Leticia, nuestra entrevistada estrella de hoy, se puso a jugar con otras niñas de la casa, con el nacimiento de cartón que se caía por el viento, pero las niñas con sus delicadas manos lo levantaban, diciéndonos que cualquier adversidad no es mas fuerte que la voluntad de levantarse y seguir. Esta historia se entrelazó con la casa “Aurora”: ahí las risas de las niñas y los niños en la hora del almuerzo nos abrieron el apetito de la curiosidad. Sheila, una niña de 11 años, que nos ganó el cariño a punta de risas y delicadeza, nos dijo que la Navidad más feliz la pasó en la casa albergue el año pasado, porque fue el primer año que le regalaron juguetes y lo que más le gustó fue el panetón. En la mesa de Navidad le gustaría tener a su padre (la sonrisa oculta sentimientos encontrados). Al costado de la mesa donde las niñas almuerzan, se encuentra Shirley Camacho Centeno. Con su voz tímida me dice que a ella le gustó la Navidad del año pasado porque conoció a muchas personas muy buenas que hacían todo lo posible para traer alegría a todos los niños. Me comenta que en su casa las navidades eran muy tristes, no había cosas.
De ahí nos fuimos a digerir las experiencias de los niños. Juan Huamán nos recibe con su sonrisa rural y con su nerviosismo ante la cámara; de lo mas profundo de su “BOBO” nos dice que él le regalaría su corazón limpio al Niño Jesús. Para Juan la navidad es: tiempo de espera con el corazón limpio para que ahí nazca Jesús, “Asuuu…” esa respuesta sí que remeció mi “bobo”.
Estas no fueron las únicas respuestas que nos dieron los niños de estas dos casas albergues: a la pregunta de qué le regalarían al Niño Jesús, me respondieron: mi comportamiento, ser más obediente, ser colaboradora, respetar a los hermanos, hacer mis tareas. Y a la pregunta de qué es Navidad, las respuestas salieron con sonrisas: Amor, Paz, Fe, Solidaridad, etc. Respuestas que para muchos serían sencillas y repetitivas, pero escucharlas de niños que viven lejos de sus familias, o que han vivido una parte de su infancia en tristeza y dolor, escuchar estas respuestas “sencillas” se vuelven profundas, porque si ponemos que para los mayores, estos niños representan al Niño Jesús, “entons” ellos no esperan que le regalemos juguetes sino, AMOR, PAZ, SOLIDARIDAD… ¡una FAMILIA!
(Angel Ramos)
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