DE VÍCTIMAS A PROMOTORAS DE LA NO VIOLENCIA
El Programa de Educación Básica Laboral, PEBAL Inmaculada finalizó su ciclo de talleres de formación de promotores de la no violencia. Beneficiaron a 60 mujeres de Nueva Rinconada, Pamplona, distrito de San Juan de Miraflores. Zona conformada por asentamientos humanos alojados cerca de los criaderos de chanchos. Ahora las mujeres están mejor informadas y conocen de la red de instituciones que pueden apoyarlas.
Carolina Herrera, integrante del grupo de las promotoras de la no violencia “Amigas por siempre” tomó la decisión de no soportar más los maltratos de su conviviente. Fueron los problemas sicológicos, que empezaron a formarse en su hijo, lo que la impulsó a decidirse.
“Mi hijo intentó quemar a un niño en el colegio y a otro lastimarlo con una lija. Mis hijos y yo hemos vivido casi 10 años de violencia. Su padre me insultaba, me fue infiel y hasta intentó matarme con un cuchillo. Ellos vieron todo. Intentaban defenderme pero él les hablaba con lisuras y les mandaba a taparse con la frazada”, recuerda Carolina con mucha tristeza. Toma aire recordando que esa época ya pasó y continúa su relato…
Hace cuatro años se encuentra separada del papá de sus 4 hijos. Le cuesta mucho mantenerlos pero prefiere romperse el lomo trabajando junto a sus hijos, que le ayudan a vender comida los fines de semana. Además colabora en el comedor popular de la zona y por las madrugadas ayuda a preparar los desayunos en el Programa Vaso de Leche.“Estamos mejor que antes, felices. Mis hijos recibieron apoyo psicológico. Ahora quisiera mejores oportunidades de desarrollo para ellos. Sobre todo para el mayor de casi 14 años que a veces se me pone rebelde.
Desearía que el vuelva al psicólogo para que lo ayuden a desfogar todo lo que lleva por dentro”. Ella y cincuenta y nueve mujeres más de Nueva Rinconada han hablado en los talleres de la difícil experiencia que les tocó vivir y que muchas todavía viven. “Los talleres nos han hecho reflexionar y entender la situación violenta que estamos viviendo en la zona”, afirmó Carolina.
La violencia, tipos y formas de violencia, causas y consecuencias, el círculo de la violencia, mitos y ¿el quehacer frente a la violencia? han sido los temas tratados en los talleres. El tema de los mitos generó más debate entre los participantes, pues son una realidad distorsionada y ayudan a responsabilizar a la víctima y no al agresor.
Entre los mitos que hablaron en el taller sobresalieron:“A la mujer le gusta que le peguen”, “sólo sufren de violencia los más pobres”,“para los niños es mejor que esté papá y mamá – por eso no me separo”, “el amor lo puede cambiar”,“la violencia se arregla entre cuatro paredes”,
“ocurre en pocas familias”,“no me pega, sólo me grita”,“los hombres pegan sólo cuando están borrachos” y “las mujeres provocan”.
“Durante los talleres estos mitos quedaron atrás. Un valiente testimonio remarcó que a las mujeres no les gusta que les peguen. Ahora las mujeres tienen más posibilidades de trabajar que el hombre y tienen acceso a mayor información. Esto le crea un conflicto al hombre (…)La violencia física y psicológica está en todos los estratos sociales y es un problema social que afecta a la comunidad. Los niños que viven con padres violentos sufren daños psicológico y pueden reproducir la violencia. Los hombres violentos deben recibir atención especializada”,
manifestó Bertha García coordinadora de la línea de no violencia del área social de PEBAL.
“Refugio y Amor”, “Somos la esperanza”, “Amigas por siempre” son algunos de los nombres de los grupos que se han formado entre las participantes del taller. Ahora como grupos de promotoras de la no violencia en sus respectivos asentamientos humanos tienen las funciones de fortalecerse como grupo, defender los derechos humanos, prevenir la violencia familiar, identificar casos de violencia y derivarlos a las instituciones y organizaciones correspondientes.
Hablar de Nueva Rinconada es hablar de uno de los lugares con muchas necesidades que atender en Lima Sur. La chanchería fue ocupada por la segunda y tercera generación de migrantes, quienes llegaron a Lima en busca de mejores oportunidades o desplazados por la violencia interna en sus provincias. “Los chanchos tenían casas pero la gente no”.
Hay una alta incidencia de casos de violencia familiar. Los principales afectados son niños y mujeres. Oficialmente figuran 2192 casos en el año 2009 y 246 en lo que va del año 2010 según estadísticas del Centro Emergencia Mujer del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, de Pamplona, San Juan de Miraflores.
Como Iglesia de Lima Sur alentamos este tipo de proyectos que apuntan a mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos y ciudadanas. (Sara Orós García).
El Programa de Educación Básica Laboral, PEBAL Inmaculada finalizó su ciclo de talleres de formación de promotores de la no violencia. Beneficiaron a 60 mujeres de Nueva Rinconada, Pamplona, distrito de San Juan de Miraflores. Zona conformada por asentamientos humanos alojados cerca de los criaderos de chanchos. Ahora las mujeres están mejor informadas y conocen de la red de instituciones que pueden apoyarlas.
Carolina Herrera, integrante del grupo de las promotoras de la no violencia “Amigas por siempre” tomó la decisión de no soportar más los maltratos de su conviviente. Fueron los problemas sicológicos, que empezaron a formarse en su hijo, lo que la impulsó a decidirse.
“Mi hijo intentó quemar a un niño en el colegio y a otro lastimarlo con una lija. Mis hijos y yo hemos vivido casi 10 años de violencia. Su padre me insultaba, me fue infiel y hasta intentó matarme con un cuchillo. Ellos vieron todo. Intentaban defenderme pero él les hablaba con lisuras y les mandaba a taparse con la frazada”, recuerda Carolina con mucha tristeza. Toma aire recordando que esa época ya pasó y continúa su relato…
Hace cuatro años se encuentra separada del papá de sus 4 hijos. Le cuesta mucho mantenerlos pero prefiere romperse el lomo trabajando junto a sus hijos, que le ayudan a vender comida los fines de semana. Además colabora en el comedor popular de la zona y por las madrugadas ayuda a preparar los desayunos en el Programa Vaso de Leche.“Estamos mejor que antes, felices. Mis hijos recibieron apoyo psicológico. Ahora quisiera mejores oportunidades de desarrollo para ellos. Sobre todo para el mayor de casi 14 años que a veces se me pone rebelde.
Desearía que el vuelva al psicólogo para que lo ayuden a desfogar todo lo que lleva por dentro”. Ella y cincuenta y nueve mujeres más de Nueva Rinconada han hablado en los talleres de la difícil experiencia que les tocó vivir y que muchas todavía viven. “Los talleres nos han hecho reflexionar y entender la situación violenta que estamos viviendo en la zona”, afirmó Carolina.
La violencia, tipos y formas de violencia, causas y consecuencias, el círculo de la violencia, mitos y ¿el quehacer frente a la violencia? han sido los temas tratados en los talleres. El tema de los mitos generó más debate entre los participantes, pues son una realidad distorsionada y ayudan a responsabilizar a la víctima y no al agresor.
Entre los mitos que hablaron en el taller sobresalieron:“A la mujer le gusta que le peguen”, “sólo sufren de violencia los más pobres”,“para los niños es mejor que esté papá y mamá – por eso no me separo”, “el amor lo puede cambiar”,“la violencia se arregla entre cuatro paredes”,
“ocurre en pocas familias”,“no me pega, sólo me grita”,“los hombres pegan sólo cuando están borrachos” y “las mujeres provocan”.
“Durante los talleres estos mitos quedaron atrás. Un valiente testimonio remarcó que a las mujeres no les gusta que les peguen. Ahora las mujeres tienen más posibilidades de trabajar que el hombre y tienen acceso a mayor información. Esto le crea un conflicto al hombre (…)La violencia física y psicológica está en todos los estratos sociales y es un problema social que afecta a la comunidad. Los niños que viven con padres violentos sufren daños psicológico y pueden reproducir la violencia. Los hombres violentos deben recibir atención especializada”,
manifestó Bertha García coordinadora de la línea de no violencia del área social de PEBAL.
“Refugio y Amor”, “Somos la esperanza”, “Amigas por siempre” son algunos de los nombres de los grupos que se han formado entre las participantes del taller. Ahora como grupos de promotoras de la no violencia en sus respectivos asentamientos humanos tienen las funciones de fortalecerse como grupo, defender los derechos humanos, prevenir la violencia familiar, identificar casos de violencia y derivarlos a las instituciones y organizaciones correspondientes.
Hablar de Nueva Rinconada es hablar de uno de los lugares con muchas necesidades que atender en Lima Sur. La chanchería fue ocupada por la segunda y tercera generación de migrantes, quienes llegaron a Lima en busca de mejores oportunidades o desplazados por la violencia interna en sus provincias. “Los chanchos tenían casas pero la gente no”.
Hay una alta incidencia de casos de violencia familiar. Los principales afectados son niños y mujeres. Oficialmente figuran 2192 casos en el año 2009 y 246 en lo que va del año 2010 según estadísticas del Centro Emergencia Mujer del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, de Pamplona, San Juan de Miraflores.
Como Iglesia de Lima Sur alentamos este tipo de proyectos que apuntan a mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos y ciudadanas. (Sara Orós García).
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